miércoles, 30 de diciembre de 2009

Hacia la media noche en Garibaldi

lunes, 21 de diciembre de 2009

Reportero Vs Periodista-Orquesta

Hace un par de meses una compañera me preguntaba en León qué opinaba de la cada vez más extendida costumbre del Periodista-Orquesta en lo medios de comunicación. No soy ni un periodista excesivamente experimentado, ni un gurú de la comunicación. Pero no pude hacer otra cosa que criticar enérgicamente esta práctica. Su respuesta fue: "pero tú compaginas la fotografia y la redacción en tus reportajes". Lejos de callarme, como si este comentario hubiese supuesto un golpe a mi crítica, argumenté, bajo mi punto de vista, la diferencia entre el trabajo de reportero con el de Periodista-Orquesta.
La principal diferencia reside en los tiempos y los lenguajes. Cuando un periodista es enviado a cubrir una rueda de prensa con cámara y grabadora ha de estar pendiente de ambas herramientas, cuidando que la imagen sea decente, perdon, que se vea algo en la imagen, cada día la fotografía tiene menos valor, y atento para tomar notas y realizar las preguntas oportunas, preguntas que cada día brillan más por su ausencia. Por ejemplo, hace unas semanas en una rueda de prensa en México la foto la pillamos los que estábamos concentrados, sin despegar el visor de la cámara de nuestros ojos, en los gestos de las dos personas que estaban hablando. Eso sí, que nadie me pidiese que destacase una frase porque todo lo escuché a medias. Pero si dio la casualidad de que algún redactor estaba tomando notas y tuvo que hacer su foto, retrataría un momento cualquiera justo cuando ambos se sentaron ante la mesa.
Cuando el reportero se plantea un reportaje parte de la premisa de que va a trabajarlo con más tiempo, que va a tener tiempo de hablar, de observar, escuchar, aprender... que si bien lo ideal no es compaginar la escritura y la fotografía en un mismo trabajo, es cierto que es más llevadero. Podrá reflexionar. Tomar su tiempo en buscar las fotos, en encontrar el momento. Y llegada la hora de escribir, plasmar con sus palabras el contenido del tema.
Hace años un amigo sevillano me preguntaba mientras me mostraba unas fotos, ¿Andrés, cómo puedo hacerlo? cuando me siento a escribir un texto para mis reportajes describo las fotografías. Olvidate de lo que has editado en las fotos, le dije. Cuando escribas el texto no pienses en las fotos, sino en la historia. Han de ser complementarias, pero no iguales. Aunque los lenguajes son distintos han de contar la misma historia, pero no son una película en la que narres lo que se ve.
Gran parte de las discusiones entre fotógrafos y redactores vienen por ahí. "Es que en mi texto hablo de... y quiero que la foto sea..." Cambiemos la frase "Es que en mi foto muestro... y quiero que tu texto hable de..." ¿por qué no? ¿por qué esta última frase suena tan injusta?.
Igual que Bert, que aparecía en Mary Poppins tocando el acordeón, la trompeta, el bombo y los platillos, su música jamás se parecería a la de una orquesta en la que cada músico tocase uno de los diferentes instrumentos; son numerosos los compañeros que a diario se ven obligados a realizar el trabajo de quienes antes tenían al lado, muchos lo hacen porque no les queda otra, otros muchos por demostrar de lo que son incapaces, y otros por joder, claramente. Discusiones al respecto he tenido muchas. Que lo he tenido que hacer, por supuesto, en un par de entrevistas, el resultado ha sido un fracaso, por alguno de los dos lados o por ambos.
Cuando hace un par de meses mi compañera me hizo esta pregunta llevó a la mesa ante la que hicimos la entrevista una cámara en una funda, no sé si tenía la intención de sacarla, pero jamás me fotografió.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Peregrinación a Guadalupe



viernes, 11 de diciembre de 2009

domingo, 6 de diciembre de 2009

Caminando

Se acerca vertiginosamente el día, mientras los demás se encargan de recordármelo. No es que no me guste cumplir años, pero es, junto con fin de año, la fecha más adecuada para mirar atrás y hacer una reflexión sobre el último año, y en este caso por su proximidad son demasiadas reflexiones en tan poco tiempo. Y no lo llevo bien, nunca lo he llevado, salvo cuando de pequeño era una de las fechas destinadas para que te colmasen de regalos, y aquello era lo que contaba.
Y miro atrás, como lo llevo haciendo desde hace un mes, porque se cumplió un año desde que dejé el trabajo y Madrid. Tercera reflexión. Y desde entonces tengo la sensación de haber estado viviendo a media jornada, tomando un camino difícil cargado de baches y con alguna satisfacción, pero que tardan en llegar, y ese tiempo invita a tirar la toalla. Una vida a salto de mata a ratos, con una cámara y un ordenador en la mochila como toda estabilidad. Viendo, buscando, ofreciendo, y alguna vez vendiendo. Ganando dinero... de momento no.
Pero he conocido gente increíble, gente que se ha volcado conmigo, que me han sabido echar una mano, que saben estar ahí, que saben dar el empujón oportuno, atienden a la petición de consejo, y animan, sin tener obligación de hacerlo, simplemente por camaradería. He descubierto, conocido, reencontrado, aprendido...
Entonces llegará el día y me joderá cumplir años, recibir felicitaciones, porque me daré cuenta de que el tiempo va pasando y uno no puede huir por lejos que se vaya de las responsabilidades consigo mismo, porque el tiempo pasa, uno crece y ha de decidir que quiere hacer con su vida y ser consecuente con ello.

“somos lo que somos por una herencia secular, y seremos lo que seamos según vayamos eligiendo nuestro destino y nos encaminemos hacia el” (Vicente Palacio Atard)