Me subía a un taxi, uno de tantos que hay en Tegucigalpa, con la desconfianza que tiene uno acerca de los conductores, por la mala fama de algunos, y tras un rato de silencio me pregunta el conductor "¿y usted es fotógrafo, verdad?".
¡Mierda!, pensé para mí, a saber ahora de qué me conoce éste. Y lo que es peor aún, llevo dos cámaras y tres objetivos encima. Nadie debería saber lo que llevo encima, es una mochila de montaña normal y corriente. Así que de perdidos al rio, y le pregunto - ¿Y usted cómo lo sabe?
Lo he visto varias veces en televisión durante las marchas.
2 comentarios:
Pues a andarse con ojo amigo, que no es broma!
Un abrazo muy fuerte desde Pucela
Da mucho que pensar, curiosa anécdota.
Edu
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