sábado, 5 de septiembre de 2009

Reflexiones de un marero

"Por mucho que me quite los tatuajes seguiré siendo pandillero, para dejar de serlo necesitaría un trasplante de cerebro, lo que he vivido no lo puedo negar, y eso es parte de la pandilla. Ahora he renunciado a la violencia, pero jamás renunciaré a la Mara"

1 comentario:

Anónimo dijo...

La conciencia del peligro es ya la mitad de la seguridad y de la salvación (Ramón J. Sénder)

Un abrazo, hermano.

Edu